Pila Gonzalez Blog

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Siempre tendremos Durres

Sin buscarnos nos encontramos

en el rincón menos pensado de Europa.

Llegaste una tarde cualquiera

de aquella primavera albanesa,

con esa sonrisa que te caracteriza,

tan tuya, tan mía

y que se convirtió

en el desayuno de cada mañana,

en los paseos por la playa.

En el más asombroso atardecer

que jamás haya visto.

 

Venías de lejos.

Compartiendo esos hermosos ojos

que transportan el verano en el mundo.

Contagiando energía.

Con tus ganas de vivir,

de respirar,

de besar.

 

Yo no te estaba esperando, pero si.

No sé.

Simplemente se cruzaron nuestros caminos

como lo hacen las estrellas fugaces

en el cielo de la noche.

 

Necesitábamos ser abrazados.

Toda la madrugada.

Todos los días.

 

Me susurraste al oído

con tu acento británico,

pero con la Bohemia en el corazón.

Me revelaste tus secretos en el amor

y dejaste que explorara tu cuerpo

sin pasaje de regreso.

Abandonaste tus vicios por mí

y yo me permití soñar contigo.

 

Teníamos un pasado

que nos molestaba en la espalda.

Sin embargo no desperdiciamos

un segundo en pensar.

Sólo nos dedicamos a sentir.

A volar.

A viajar.

 

Una mañana seguiste tu camino.

Tenías que seguir.

Y yo me quedé soñando

con un encuentro casual

como lo hacían La Maga y Oliveira.

Imaginando una vida juntos.

Lejos de todos.

Cerca.

El uno con el otro.

Acariciando

nuestros rostros en la oscuridad.

 

Siempre tendremos Durrës,

le grité al Adriático,

deseando que la marea

arrastrara mi mensaje hacia ti…

 

Y te mentí.

Me mentí.

Porque nunca dejaré de extrañarte.


Este poema pertenece al libro Ciclotimia, publicado en el año 2019.